jueves, 18 de febrero de 2016

ISRAEL EN EL ANTIGUO TESTAMENTO

Por, Mag. Héctor Hernán Molano Cortés



INTRODUCCIÓN

Para todos los creyentes, el nombre de Israel no es extraño, de hecho, es uno que se lee repetidamente en el texto bíblico.  Como seguidores de Cristo tenemos nuestros conceptos sobre Israel, sobre lo que les pasó, lo que les pasará, si somos parte de ellos o no, etc., no somos ajenos a hablar sobre este tema, lo mencionamos en nuestras conversaciones y en nuestros análisis sobre las Sagradas Escrituras.  Adicionalmente, la cotidianeidad mundial nos hace hablar de Israel, puesto que el estado actual de Israel está continuamente viviendo dificultades con sus vecinos, se cuentan de guerras, de invasiones, de bombas, etc.  Por todo lo anterior, revisar con detenimiento las ideas sobre Israel en el Antiguo Testamento (AT), resulta no solamente relevante sino indispensable, entendiendo que es allí en dónde se cree, se originó este pueblo o surgió este nombre.
En un artículo, es imposible abarcar toda la temática, por lo que me limitaré a realizar un acercamiento inicialmente filológico y luego me centraré en el concepto de la tierra de Israel, como un aspecto preponderante en el desarrollo de este pueblo, y terminaré con algunos conceptos sobre los pactos que Dios hizo con ellos.

1.      EL NOMBRE DE ISRAEL
Dentro de la historia universal se ha discutido sobre este pueblo y sobre la poca relevancia que puede encontrarse en la arqueología comparada con el protagonismo bíblico.  Se ha descubierto en un cantico triunfal de Mernepta que menciona el nombre de Israel, este documento data de aproximadamente 1213 a 1203 a.C., en una piedra dice “Ascalón ha sido vencido, Gezer ha sido capturado, Yandam ya no existe, Israel ha quedado devastado y sin descendencia.”[1]  ¿Corresponde la inscripción de Israel con el Israel que conocemos en el texto bíblico? por fechas, se podría decir que no, aunque no de manera enfática ni concluyente, a sabiendas que no es posible lograr una exactitud absoluta de fechas; una mejor prueba arqueológica sería la piedra moabita que es de mediados del siglo IX a.C.[2]  en ella se lee en unas de sus líneas: “Omrí fue el rey de Israel, y él oprimió Moab durante muchos días, pues Quemos estaba enfadado con su tierra.  Y su hijo reinó en su lugar; y él también dijo, “Yo oprimiré Moab”  en mis días él lo dijo así.  Pero yo lo miré con desprecio a él y a su casa, y el reino de Israel ha sido derrotado para siempre”[3].  El nombre de Israel en la estela de Moab ha sido reconocido como una alusión al pueblo de la Biblia, así como el personaje de Omrí.
Para los creyentes y lectores de la Biblia, el nombre Israel aparece en Génesis 32:28: “Y el varón le dijo: No se dirá más tu nombre Jacob, sino Israel; porque has luchado con Dios y con los hombres, y has vencido.”[4]  Muchos indican que la lucha fue una oración sentida, cuando Jacob está postrado pidiendo la bendición por parte de Dios, ante el temor del encuentro con Esaú. 

Al respecto del cambio de nombre en el AT, se podría decir que estos re-nombramientos muestran que Dios va a hacer una obra nueva con esta persona.  El comentario cultural al AT dice: “El cambio de nombre era también una forma de ejercer autoridad sobre un individuo.  Cuando un soberano ponía un vasallo en el trono, a veces le daba un nuevo nombre, demostrando así su poder sobre él.”[5] Con esto en mente, se puede decir que ese nombre lo coloca Dios para dominar a este hombre, para que Jacob sea su súbdito; con referencia a que pelea con Dios, hay cierta dificultad en aceptar esta definición debido a que la colocación del nombre de Dios el, al final de los nombres propios, se presenta siempre como el sujeto, por ejemplo en Daniel “Dios es mi juez” no “el que juzga a Dios”;  entonces el nombre de Israel podría ser “Dios pelea con él”; ante esta dificultad filológica, se ha entendido este nombre como una expresión propia de la guerra santa “Que salga al  combate”, esto es, que se muestre como un guerrero, como un combatiente[6], lo que sería muy lógico, pues Israel será un pueblo que logre obtener su tierra por la fuerza.


2.      ISRAEL COMO PUEBLO

El término Israel aparece en el AT en 2507 ocasiones, pero no todas se refieren a la persona, sino que muchas de ellas se refieren a un pueblo.  Israel, personaje, forma una familia numerosa que se convertirá, con miles de cambios y transformaciones, en el pueblo de Israel. 

La familia inicial será la que se dio en la unión de Israel (Jacob) con las hijas de Laban y sus concubinas, de donde nacieron doce hijos, quienes bajo sus nombres llevarían a cada una de las tribus para conformar de esa forma la anfictionía[7], que va por el desierto camino a la tierra prometida.  La historia de aventuras y desventuras de estos hermanos los llevaron a Egipto, una hambruna en la región en donde estaban, les hizo vivir como esclavos en un pueblo fuerte como el egipcio.  Con el paso de los años, “el poder de Egipto disminuyó e Israel se convirtió en alguien peligroso a quien tener en cuenta”[8].  La historia es bien conocida, y no es necesario ampliarla en este lugar, Dios mueve al pueblo a salir de Egipto, haciendo señales maravillosas que hacen que el temor se apodere de los habitantes egipcios, al punto que muchos se pudieron unir a los que salían de Egipto, por lo que Israel sale de aquel imperio con dos nuevas condiciones: - por un lado, en unidad: si se hace memoria, los hijos de Israel (personaje) fueron de cuatro mujeres diferentes por lo que la lucha por la supremacía entre los hijos era pan de cada día, es un pueblo que nace dividido pero que a través de la presión del cautiverio se cohesionan como uno solo, - por otro lado, Israel ya no es solamente el pueblo, fruto de la descendencia de estos hijos directos de Israel personaje, sino que muchas personas de otros pueblos se les unieron, en Ex 12:38[9] se lee “También subió con ellos grande multitud de toda clase de gentes, y ovejas, y muchísimo ganado.”

El pueblo sale de Egipto tras el lugar en donde podrán establecerse como nación, una tierra que había sido prometida a su antepasado Abrahám y a la que llegaron antes de la gran hambruna que los obligó a salir, pero ¿por qué es tan importante la tierra para el pueblo? ¿por qué debería ser el lugar específico de Canaán?¿por qué no en otro lugar?.

2.1  El ser humano está ligado a la tierra

Antes de entrar a revisar la necesidad de la tierra para Israel, es cardinal colocar como base el porqué para el ser humano es de suma importancia la tierra.  El término que es vertido al español como humanidad Adam[10], es una palabra que podría traducirse como terrusco o terrícola, que proviene de la tierra, esto debido a que la palabra Adam viene de Adamah que significa tierra; el hombre es un ser de la tierra, es un ser creado de ella, que volverá a ella  y que ésta le proporcionará lo que sea necesario para su supervivencia.  Pueden estar muchos hombres en algún lugar, pero necesitaran de los productos que surgen de la tierra para vivir, están obligados a depender de la tierra.  A sabiendas de esto, Dios le ordena al hombre a sojuzgarla, “el verbo hebreo que se traduce por sojuzgar: kabash, lleva implícita la idea de dominio aún bajo la fuerza si es necesario, e implica que la creación no le hará fácil el trabajo sino que el hombre debe traer a la creación bajo sumisión principalmente con esfuerzo”[11], el hombre laborará la tierra para que le dé sus productos, de aquí se desprende la idea que el trabajo no es un castigo divino sino un mandato.

¿Cómo se siente un hombre sin tierra? como un hombre perdido, un hombre que no puede cumplir lo que Dios le ordena y que no puede proveer a sus necesidades mediante los medios que el Creador le ha dado.  Si el hombre tiene tierra se siente salvado, sin su tierra no hay salvación, sin su lugar, no hay vida. 

2.2  La necesidad de la tierra para el pueblo

Como se mencionó en el ítem anterior, el hombre está ligado a la tierra y en ella se percibe salvado, porque puede vivir sin preocupaciones; por esta misma razón, el pueblo de Israel que ahora es un grupo de hombres, mujeres y niños, necesitaban un lugar para vivir, un lugar de refugio.  Además, un pueblo sin tierra no se podría conformar como una nación, seguirían vagando por todo lugar.  En este momento es relevante aclarar que al inicio este pueblo “… no posee … dimensión político jurídica … es pueblo en cuanto a comunidad religiosa que tiene como misión trasmitir las tradiciones acerca de las fundamentales intervenciones divinas en la historia” [12], y esto es muy importante, porque su razón de ser puede ser independiente de la tierra, en tanto que logren mantener sus costumbres y puedan llevar a otros al conocimiento de su Dios.  Es por eso, que aún en el exilio, seguían siendo un pueblo, pero añoraban estar en su tierra, como una respuesta salvadora por parte de Yavhé.

Además de la necesidad de la tierra para afianzarse como nación, había una promesa dada por Dios, una promesa de posesión de la tierra, esa prometida, era una especial, una tierra por la que muchos pelearían y en la que muchos quisieran expandir su territorio.  Pero Dios, al ser el dueño de toda la tierra (Lev 25:23), decidió dar esa parte como heredad al pueblo de Israel (Ex 15:17); Severino Croatto mencionando el aspecto de la salvación al entrar a la tierra de Canaán dice:

Después de la posesión de Canaán, Israel es ya un pueblo, incorporado en los planes soteriológicos de Yavhé, y disfruta de los bienes de la tierra bendita.  Nada extraña entonces que la tierra de Canaán sea llamada la “heredad” de Yavhé (cf. Ex 15,17; Dt 12,9 ss) título idéntico al atribuido al mismo Israel (cf. Dt 4,20; 9,26.29; Jr 2,7; 12,7-9) Esta teología de la “tierra”, subraya nuevamente la continuidad y perduración del Dios de los padres, que es por esencia el Dios de la historia salvífica.[13]

Israel es nación con su tierra, pero no debe dejarse pasar el comentario de Croatto, la heredad es la tierra, y también la heredad es el pueblo (comparar Ex 15:17 con Dt 4:20), entonces se puede embridar la tierra con el pueblo, ambos son su heredad y no pueden estar separados, el pueblo requiere de una tierra. 

3.      GUERRA POR LA TIERRA

Dios le había dicho a Abraham “Vete de tu tierra y de tu parentela, y de la casa de tu padre, a la tierra que te mostraré (Gen 12:1)”, luego de salir de su lugar de residencia, Abraham llega a la tierra de Canaán y allí Dios le comunica que esta es la tierra que se le dará: “Y apareció Jehová a Abram, y le dijo: A tu descendencia daré esta tierra. Y edificó allí un altar a Jehová, quien le había aparecido. (Gen 12:7).  Abraham y su gente, viven en su nuevo lugar sin aparentes conflictos con los habitantes de aquella región (Gen 12:4); el texto bíblico no menciona batallas por la posesión de la tierra, aparentemente vivían en cierta armonía. 

Los descendientes de Abrahám permanecen en Canaán hasta que la escasez alimentaria los lleva a buscar refugio en Egipto; como bien sabemos, Dios había enviado primero a José, uno de los hijos del clan de Israel y de manera providencial su forzada presencia en ese país salva a toda un pueblo.  Israel, saldrá de Egipto buscando su tierra frente a la opresión egipcia y con el deseo de volver al lugar de sus orígenes, pero en esta ocasión el arribo no será pacífico, sino que se luchará por tener un territorio propio, por lo que deberían expropiar a los habitantes de la zona.

3.1  Conquistando su lugar

Particularmente el libro de Josué nos habla de la conquista, en éste y en otros libros bíblicos no solamente se muestra que la guerra es aprobada sino que también es legítima la ocupación de tierras que no les pertenecen.[14]  Lo que en una frase puede sonar tan sencillo “Israel conquista” no es la realidad escritural bíblica, que más bien muestra idas y venidas, pugnas continuas con los habitantes de la región y finalmente la “limpieza” de residentes no va a ser completa (véase el libro de los Jueces).  La guerra está justificada y el Dios de Israel es uno de que sale a la guerra y pelea al lado de su pueblo.

Con los estudios del siglo XX, se ha llegado a pensar que la batalla no es la única forma por la que Israel llegó a tomar este lugar, Drane[15] presenta tres posibles formas para que Israel haya surgido en la tierra de Canaán:

-          Lucha armada: aunque Josué lo menciona, Drane aclara que lo que se presenta es la conquista de ciudades-estado y que las pruebas arqueológicas no dan por sentado una conquista plena aunque se puede considerar que pequeños grupos lograron el objetivo de a pocos.
-          Infiltración pacífica: al no tener todas las pistas arqueológicas, se cree que Israel pudo tener un avance paulatino en Canaán.  Su crecimiento le pudo haber llevado a tener el control de la zona aún sin batalla, de hecho la conquista de Siquem narrada en Josué 24 es un ejemplo de ello.
-          Revolución social: que pudo lograrse mediante la influencia de Israel sobre los habitantes de la zona, pues Yavhé no es un dios tirano sino uno que está interesado en sus súbditos, ejemplo es Rahab (Jos 6).

3.2  Un lugar particular

Sea cual fuere la forma, el pueblo de Israel ahora tiene un territorio para poder ser una nación, logran establecerse en un terreno apreciado por muchos imperios.  ¿Podría Dios haber levantado una nación en un lugar diferente?¿por qué era en Canaán y no fuera de allí?  Ese par de preguntas siempre debemos hacérnoslas, pues había habido un fuerte  desarraigo por parte de Abrahám al salir de Caldea.  La respuesta es la estratégica posición geográfica de Canaán, el transito comercial desde Egipto a Mesopotamia tiene como paso obligado esta zona; del mismo modo, el trasporte marítimo debe tocar las costas mediterráneas de esta región.  De esa forma, Canaán es el obligado paso de muchos viajeros y comerciantes, quienes tendrán que pagar para cruzar sus tierras o por lo menos intercambiar productos mientras hacen su travesía de un lado a otro.  Muchos terrenos interesantes pueden existir en cercano medio oriente, pero ninguno tiene una ubicación como la que tenía Canaán.

Este privilegio geográfico, que aún se conserva, hace que esta zona sea apetecida y quien sea su dueño tiene privilegios comerciales enormes.  Además, de estas ganancias, es importante recordar que Israel como pueblo tiene la misión de transmitir sus costumbres y pasar a los demás el conocimiento del Dios que los llevó hasta ese lugar; esto se lograría mientras los visitantes van de camino, ellos deberían entender que Yavhé es el Dios que es diferente a los otros dioses (Ex 34:6-7), que se preocupa por su gente y que hace lo que sea necesario para llevarlos a un lugar especial.


4.      LA ETERNIDAD DE LAS PROMESAS

Para cerrar estas ideas sobre la tierra de Israel es relevante considerar el aspecto de la promesa eterna hecha a Abraham en Génesis 3:15: “Porque toda la tierra que ves, la daré a ti y a tu descendencia para siempre.” Si fue para siempre ¿por qué no están allí? ¿es legítima la batalla para lograr tenerla nuevamente?  Como sabemos, el pueblo de Israel fue sacado de la tierra de Canaan y deportado a Babilonia, retornando luego como vasallo de Ciro ¿qué pasó con la promesa en este caso particular?

4.1  Siempre, eterno y largo tiempo

En hebreo la palabra que típicamente se traduce como “siempre o eterno” es olam, pero también podría ser traducida como un largo tiempo, Alonso Schökel dice: “… un tiempo o duración indefinida o incalculable, en el pasado o el futuro, o lo definitivo de una acción o estado” [16], por lo que no necesariamente es eterno o por siempre como lo tenemos en el texto en español, aunque es comprensible que se entienda de esa forma para cualquier lector[17].  También Jenni y Westermann mencionan en cuanto a la palabra: “la traducción adoptada en el título “eternidad” es inadecuada en numerosos pasajes con olam en el AT, pero aún allí donde no lo es no debe introducir en los textos un concepto preconcebido de eternidad… con excepción de unos pocos pasajes tardíos … el significado básico ‘el tiempo más remoto’…”[18] También se ha encontrado que la palabra olam, es muy usada como concesión en los escritos de esa zona y se unía a frases que indicaban que un terreno dado le pertenecía a los dueños y descendientes  por siempre[19], por lo que la fórmula de entregar terrenos para siempre no es exclusiva del texto bíblico sino una cuestión normal dentro de cultura circundante.

4.2  El pacto o alianza en el cercano medio oriente

Descubrimientos arqueológicos han demostrado que los pactos bíblicos siguen los lineamientos de los pactos desarrollados por el imperio hitita, en especial los de soberano-vasallo.  El conquistador colocaba a quienes conquistaba en una relación de vasallaje, el sometido debería cumplir con algunos requisitos para recibir los beneficios de quien lo había dominado y por lo contrario recibiría reprimendas ante el incumplimiento de lo pactado.  Los diez mandamientos pueden ser una muestra de este tipo de pacto, en Ex 20:1 se tiene la introducción de quien hace el pacto, luego el contexto histórico Ex 20:2, posteriormente las obligaciones del vasallo[20], habrá bendiciones a quien lo cumpla y castigo a quien lo incumpla. 

Por otro lado, también se pueden ver pactos de concesión, algo que hace el soberano por su propia voluntad y sin poner de lado algún requisito a sus súbditos, se podrían llamar incondicionales; muchos eruditos consideran que las promesas hechas a Abraham son de esta forma.  Dios es el que garantiza la promesa y no coloca una condición particular a los seres humanos[21].  La promesa de la tierra estaría en Dt 30:1-10, la promesa eterna de la semilla en 2Sam 7:18-19, y lo que se le garantizó a Abraham se revalida en el nuevo pacto en Jer 31:31-40.[22]

Frente a la expresa dificultad de que la tierra no ha sido por siempre de los israelitas y que se presenta como sin final, se ha considerado que la promesa sí fue cumplida completamente en un momento histórico y no en un tiempo eterno como se podría entender llanamente, por ejemplo en el primer libro de Reyes en los capítulos cuatro y cinco, se puede observar como en el reinado salomónico, aquellas promesas hechas a los patriarcas fueron cumplidas[23].

Y si el pacto de la tierra fue perpetuo como se entiende comúnmente, ¿qué hacemos con las otras apariciones de olam relacionadas con un pacto, como por ejemplo el de los sistemas sacrificiales (ejemplo Lev 4:8)?  Lo primero que se debería decir al respecto, es que las diferencias entre los pactos condicionales y los incondicionales se ha sobrevalorado[24], el mismo pacto abrahámico promete una tierra pero no menciona la forma en que esto se llevaría a cabo, si Dios le dio la tierra ¿por qué deberían hacer batallas para poseerla? Esto mismo ya es una condición[25].

Terminaré diciendo que el pacto soberano vasallo y el de concesión son de hecho condicionales, pues ambos llevan una obligación.  El que aparece como libre de condición, el de concesión, está restringido por la relación; dice Beacham[26] que en las concesiones hechas por los reyes, la participación en las bendiciones prometidas pudiera estar condicionada por algunos signos de una relación formal, esto es, si la relación cumple ciertos parámetros los beneficios seguirían.  Como ejemplo se puede mencionar que dentro del mismo pacto a Abraham, la circuncisión es una condición a pesar que el pacto es concesivo.  Finalmente, un pacto también podría llegar a ser obsoleto en algún momento, a pesar de que se haya presentado como que no tiene fin.


CONCLUSIONES

Se debería seguir meditando en la temática Israel nación, pues llega a ser determinante en nuestros acercamientos bíblico-teológicos, además, hacer a un lado la discusión no es propio de quien busca tener un entendimiento adecuado de todo el plan salvador expresado en la Biblia, y también ayuda a dilucidar nuestra relación con la Israel actual (nación-estado).  De lo investigado se puede concluir:

-          El entendimiento del nombre Israel, quien pelea con Dios, no es muy adecuado; verlo como un clamor a la batalla es más acertado a su filología.

-          El ser humano necesita de la tierra, está ligado a ella y sin ella no hay una salvación completa. La tierra y el pueblo están unidos, separarlos en el entendimiento veterotestamentario, no es correcto.

-          Dios escoge ubicar a su pueblo en un lugar estratégico, que le permitirá llevar su mensaje a más personas y a más lugares; el contacto social y comercial beneficiaría sus propósitos salvíficos mundiales.

-          La aparición de la palabra “eternidad” o la expresión “para siempre” en una traducción, puede llevar la idea de una duración sin fin.  El estudio del contexto y de las palabras usadas por el autor bíblico ayudarán a encontrar el sentido correcto.  Eternidad podría ser de un período de tiempo largo o definido.

-          Los pactos o alianzas en el cercano medio oriente son por naturaleza condiciones de relación[27], la diferenciación entre condicional e incondicional no es correcta y se presta para confusión.

-          Aunque la tierra es perentoria para el pueblo de Israel, la concesión del lugar de Canaán para ellos no necesariamente es eterna.  Lo podrían perder frente a la pérdida de algunos parámetros en su relación, como de hecho la perdieron por ejemplo en el exilio babilónico; también se pudo acabar la concesión porque se volvió obsoleta la promesa, el tiempo y las condiciones cambiaron para la región.

-          La perpetuidad de los pactos son anhelos comunes de los pueblos del cercano medio oriente, Israel pudo tomar esas ideas y plasmarlas en sus propios pactos.



[1] DRANE, John.  Introducción al Antiguo Testamento, Madrid, Clie, 2000, 68.
[2] JENNI, Ernst y WESTERMANN.  Diccionario Teológico Manual del Antiguo Testamento Vol. 1, Madrid, Cristiandad, 1978, 1073
[3] WIKIPEDIA.  Estela de Mesa.  [en línea]  >  [consulta: 19 enero 2015].  Podría corresponder a lo sucedido en 2 Rey 3:4-27; el hijo de Omrí podría ser Joram con la consideración de que aún a los nietos se les puede dar ese apelativo, quien habría huido al ver cómo sacrificaba Mesha a su primogénito en las murallas al dios Quemos.
[4] Todas las citas serán tomadas de la versión Reina-Valera de las Sociedades Bíblicas Unidas.
[5] WALTON, John, MATTHEWS, Victor, CHAVALAS, Mark.  Comentario del contexto cultural de la Biblia: Antiguo Testamento, El Paso, Mundo Hispano, 2004, 59.
[6] JENNI y WESTERMANN.  Vol. 1, op. cit., 1074.
[7] La Anfictionía es una reunión tribal alrededor de un santuario.
[8] DRANE, op. cit., 70.
[9] Ibid., 70.
[10] En los primeros capítulos de la Biblia, el término Adam es aplicado tanto a la humanidad como al primer varón, para identificar su uso, se debe tener presente el contexto de cada versículo e idea.
La transliteración de las palabras hebreas será de forma ecléctica, con el propósito de facilitar la lectura, de aquellos que no tienen conocimiento de esas lenguas.
[11] MOLANO Cortés, Héctor Hernán.  Ministerio y Teología del Trabajo.  En: Reforma Siglo 21.  13(2), 2011.  64.
[12] Me estoy refiriendo a una nación más en el sentido político, como dice Anthony Smith: “una comunidad humana con nombre propio, asociada a un territorio nacional …”; la nación socio ideológica sería más el pueblo en este artículoEn: WIKIPEDIA.  Nación.  [en línea]  <http://es.wikipedia.org/wiki/Naci%C3%B3n> [consulta: 20 enero 2015].
[13] CROATTO, José Severino, Historia de Salvación: la experiencia religiosa del pueblo de Dios,  Estella, Verbo Divino, 1995, 113.  Citado por:  MOLANO Cortés, Héctor Hernán.  La Unción Real en los Orígenes de la Monarquía del Pueblo de Israel como figura mesíánica en los Libros de Samuel.  Tesis (Magister en Teología).  Bogotá, Colombia.  Pontificia Universidad Javeriana, Facultad de Teología, 2010.  101.  Disponible en línea en:  < http://www.javeriana.edu.co/biblos/tesis/teologia/tesis44.pdf>.
[14] GORDON, Robert.  Holy Land Holy City: Sacred Geography and the interpretation of the Bible, Carlisle, Paternoster, 2004, 103.
[15] DRANE,  op. cit., 73.
[16] ALONSO SCHÖKEL, Luis.  Diccionario Bíblico Hebreo-Español, Valladolid, Trotta, 1994, 549.
[17] “No hay ninguna palabra que se emplee con tanta frecuencia para expresar duración como olam.” En: GIRDLESTONE, Robert.  Sinónimos del Antiguo Testamento.  Terrassa, Clie, 1986, 329.
[18] JENNI y WESTERMANN.  Vol. 2,  op. cit., 298.
[19] GORDON, op. cit., 103.
[20] DRANE, op. cit., 59.
[21] GORDON, op. cit., 103.
[22] GROMACKI, Gary.  The Fulfilment of Abrahamic Covenant.  En: The Journal of Ministry and Theology.  18(2), 2014.  79.
[23] GORDON, op. cit., 106.
[24] Ibid.
[25] GROMACKI, op. cit., 81.
[26] BEACHAM, Roy.  Ancient Near Eastern Covenants.  En: The Journal of Ministry and Theology.  15(1), 2011.  117.
[27] Ibid., 118.


MOLANO CORTÉS, Héctor H. Israel en el Antiguo Testamento. Filología y aspectos de la tierra [en línea] Documentos RYPC. 20 oct 2015










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