DE ACUERDO AL GÉNESIS...
De acuerdo al Génesis, el hombre es creado de la tierra; es Adam
algo así como “terrusco”. Con esta forma en que nos creó, Dios nos ha
unido a la tierra, la que es la que nos dará todo lo que necesitamos para que
podamos subsistir; los elementos que tiene la tierra son los mismos que tiene
el hombre, y de la ella el hombre debe tomar su sustento. Estamos ligados
a la tierra, a pesar del esfuerzo que tenemos que hacer para que nos produzca,
debemos volver a ella para seguir la vida.
La tierra continúa siendo importante para el pueblo de Dios. De
hecho, la salvación se muestra unida a una tierra. Dios le dio a su
pueblo una, la que se unía al proceso salvador pues la salvación sin tierra no
era una salvación completa. ¿Cómo se sentiría un creyente al decirle que
era salvo y sin tierra? Pues consideraría que no estaba salvo, por eso
desplazarlo o exiliarlo era un gran dolor, pues de su tierra tendría sus
provisiones alimentarias y la tranquilidad de vida.
Con todo esto en mente ¿cómo se siente el campesino colombiano al
desplazarlo de su tierra? O ¿cómo se siente al ver que lo que da su propia
tierra, siendo bueno porque es su salvación, no puede ser salvación para otros?
¿Cómo se siente aquel que le quieren decir que hay productos de otras tierras
mejores que las suyas, las que son su bendición? De alguna manera y
alegorizando un poco, al campesino le están vendiendo otra religión, una ligada
a otra tierra que no es la suya. Y ¿cómo se llama esa otra religión? Se
llama “capitalismo”, se llama abuso, se llama desprotección, se llama
pobreza. Desposeer a las gentes de lo que ellos producen, sin permitirles
su sustento con lo que produce su tierra no es otra cosa que llevarlos a la
perdición.
Quiera Dios apiadarse de nuestra nación y que se le devuelva
salvación a los campesinos, y que estos puedan reconocer que esa salvación es
sólo una sombra de la salvación eterna en Cristo.
Mag.
Hector Molano