lunes, 10 de noviembre de 2014

LOS EFECTOS DE TODO ESTO[1]


Es muy escueto  y casi lacónico  el nombre que le di a esta presentación porque en realidad todo esto,  no tiene nombre. Cuando me refiero a “todo esto” lo hago en el contexto de la iglesia evangélica y específicamente de la temática que nos convoca; profetas y apóstoles hoy. Como ya es costumbre, en estos encuentros académicos los que saben de Biblia, ya han planteado lo que las Escrituras dicen en relación a estas dos funciones. Ahora bien, generalizando,  ¿Qué iglesia y que ministerios tenemos? ¿Corresponden al modelo y concepto bíblico esbozado esta mañana?  La respuesta rotunda y contundente es NO.  ¿Y  entonces qué es todo esto?

Una maraña confusa de entidades, poderes, personas, teologías, antropologías, cosmogonías, perfumes, marcas, actividades, rivalidades, inversiones, políticas, filosofías etc., etc., etc. Desenredar ese gatuperio o embrollo no es precisamente la más fácil de las tareas. Por eso quiero que pensemos en nuestra particular experiencia. Usted va a revisar la iglesia en donde está y desde donde está; es decir, la iglesia desde su particular óptica. ¿Puede ver lo mismo que yo? Pero no hablemos de lo que vemos. Conversemos sobre lo que NO VEO.

1.     ¿Ves una iglesia? Yo no. Solo un montón innumerable de grupos grandes, medianos y pequeños, que se constituyen en “legales” sectas con independencia de dirección  y administración, de propiedad exclusiva de una persona auto proclamada como apóstol o profeta (o los dos) Sin control alguno. Y en ese sentido sin subordinación alguna.  Con todo el poder que dan la cifras relacionadas con gente y dinero. Todo es propiedad del “ungido” bienes muebles e inmuebles, el discurso, el sistema de enseñanza, predicación y liturgia, los productos, los medios de información. Por supuesto y aunque no se acepte, su  mayor y más importante propiedad, la gente y  sus recursos (los de la gente) Económicos, espirituales, emocionales, tiempo, disponibilidad y  la más valiosa de todas, su voluntad. Hasta donde sé, habíamos quedado en que oráramos para que se hiciera la Voluntad de Dios (Mateo 6.10).

2.     ¿Ves una comunidad? Yo no.  Solo un grupo de individuos que casi con esquizofrenia trabajan día y noche por el objetivo principal del “apóstol” o “profeta” y con la motivación del mismo, sin importar lo que haya que hacer  y por encima de quien haya que pasar para lograrlo. La común  unidad no es un  valor cristiano, no es una tarea y mucho menos un propósito de vida. Solo existe el concepto de unidad en relación a las actividades y planes de trabajo, como en la torre de Babel (Génesis 11.4-6) Los conceptos de solidaridad, misericordia, mesura, austeridad, descanso, perdón, silencio, solemnidad, reflexión,  equilibrio, armonía entre otros, sencillamente no existen. Los temas del evangelio surgidos del mensaje de Jesús en  relación a la Cena, (1 Corintios 11-29) el lavatorio de pies (Juan 13.14),   la reconciliación,  la paz,  la unidad del Espíritu (Efesios 4.3-7), entre muchos otros, no hacen parte de la teoría y la praxis de los llamados profetas y apóstoles de los “tiempos de restauración”.

3.     ¿Ves humildad? Yo no. Al contrario el lujo, los excesos y las excentricidades son el sello  de identidad de este grupo creciente de líderes evangélicos. Pero esos asuntos externos no son más que la evidencia de lo que se tiene en el corazón. (Lucas 12.34) Mi referencia puntual es que las marcas, los anillos de seguridad, lo aviones privados, la más costosa habitación de hotel, la membresía en los mejores clubes privados, son indicaciones de su teología y sus conceptos contrarios a los de Jesús y su Mensaje de amor y austeridad que  encontramos en la misma Biblia que leen ellos y nosotros (Lucas 9. 58).  No hay humildad para reconocer errores, para pedir luz sobre posturas y planteamientos del todo rebatidos por los otros hermanos, que por la misma  razón son declarados y decretados como,  instrumentos del diablo en contra de su prospero ministerio. Me atrevo a decir que no oyen las palabras de reconvención porque no pueden (Juan 8.47).

4.     ¿Ves conciencia de eternidad? Yo no. La también llamada teología del “Reino Ahora” o “teología de dominio”, olvida el pequeño detalle de que el Reino de los cielos que predicó nuestro Señor y Maestro Jesús, NO ES DE ESTE MUNDO. (Juan 18.36)  Eso quiere decir que la trascendencia es justo uno de los temas fundamentales del Evangelio. No es casualidad que una de las más valiosas recomendaciones del Maestro fue precisamente no trabajar por la comida que perece sino por la  que para vida eterna permanece (Juan 6.27) La insistencia en el aquí  y en lo de aquí desvirtúa la fuerza del otra verdad del evangelio. Nos vamos a morir  para vivir en la eternidad. La lectura de los apóstoles y profetas  este tiempo es  otra.  “No pienses en morir, solo en la posibilidad de vivir y con abundancia material; la espiritual es para el cielo…ya veremos cuando lleguemos allá”. Y yo  añadiría si es que llegan… porque ese principio de vida no lo hace digno del Maestro ni de su Reino Eterno. (Mateo10.37-39).

5.      ¿Ves labor social? Yo no. Los apóstoles y profetas contemporáneos consideran que la pobreza es el fruto del pecado. Eso quiere decir en otras palabras que la evidencia más importante de la santidad y el respaldo de Dios por verdadera consagración,  es la prosperidad material o independencia económica. El problema es que Jesús nos ordenó bendecir,  ayudar y compartir con los pobres y necesitados (Lucas 18.22, 19.8) Un gran porcentaje de las iglesias consideradas evangélicas no tienen programas sociales de ningún tipo. Se ha denunciado que aquellas misiones que algunos de estos Apóstoles y profetas  realizan en Asia y África principalmente, tienen dos fines particulares, publicidad y evasión de impuestos.  No hay programas consolidados y financiados por las mismas iglesias. Esa teología es empobrecedora del espíritu y paradójicamente, para ella los pobres no tiene espíritu.

6.     ¿Ves crecimiento espiritual? Yo no. No hay cambios sociales sustanciales. Por ecuación simple, si el grupo de creyentes estuviera creciendo como se reporta a partir de las estadísticas de esos grupos, técnicamente la sal de la tierra y la luz del mundo aumentarían (Mateo 5.13-16). Ese significa que habría menos corrupción y menos oscuridad. En términos sociales menos violencia, menos muertes trágicas, menos adicciones, menos divorcios, menos homosexuales, menos atracos, menos hinchas desadaptados de Millonarios. Eso significa  que la sal se desvaneció y está siendo pisoteada por los humanos y la luz no resplandece y aumenta como se dice.  La gente atesta los centros de convenciones porque ya no se llaman templos, que crecen numéricamente pero no logran más en sus adeptos, que dejar de emborracharse, fumar y a veces dejar de desear la mujer del prójimo. La enseñanza y el miedo no dan para más y en algunos casos ni para eso.  La canción que el cantante cantaba, leía muy bien al apóstol. “De gloria en Gloria te veo…cuanto más te conozco, quiero saber más de ti” si se dan cuenta prioritariamente,  es saber, es conocer; (Juan 4.42) no sentir.

7.     ¿Ves silencio y Meditación reflexiva? Yo no.  El emocionalismo rampante y la sensiblería, hacen de esas multitudes, presas fáciles de la manipulación y el abuso. No se permite el silencio. Al contrario entre más ruido y estridencia más seguridad de la supuesta y pretendida revelación y gloria de Dios.  Contrario a lo que plantea la Escritura, que insiste en el silencio y sus sonidos, como un  medio para escuchar la voz de Dios. Adán y  Eva lo sabían (Génesis 3.8),  Elías lo entendió (1 Reyes 19.12-13), Job lo aprendió con creces (Job 40.1-5), Jesús lo practicó cada día de su vida y ministerio (Juan 6.15). La mayoría de estos auto proclamados apóstoles son excelentes comunicadores algunos con dotes histriónicas que saben que las emociones y el ruido son herramientas importantes para lograr sus objetivos que regularmente están relacionados con un solo aspecto. El dinero. La decantación emocional por la música, el mensaje, la imposición de manos, la profecía, tiene un costo. La iglesia dejó de obedecer la recomendación del Señor, a través de uno de sus profetas: “Dios está en su santo templo calle delante de Él toda la tierra”(Habacuc 2.20). Hago la salvedad para evitar herir susceptibilidades, que no es mutismo; es silencio.

Podría ser más lo que no veo,  pero prefiero dejar solo esos siete por lo del número perfecto.  Cuestión de cábalas. Sin embargo, no puedo quedarme en los efectos porque faltaría a una simple y extraordinaria ley de la Física. Toda causa tiene su efecto y para nuestros propósitos todo efecto tiene su causa. Ahora sí,  Veamos.

1.     Veo mediocridad en el acercamiento a la Escritura. Tanto de unos como de otros.  Unos, los apóstoles y profetas contemporáneos no estudian y mucho menos profundizan en el texto bíblico. Sus discursos están plagados de errores exegéticos y hermenéuticos de todo tipo.  La Escritura es una excusa para ratificar por método alegórico sin respeto alguno a las reglas básicas de la interpretación bíblica, los principales dogmas de su emocional y manipulador mensaje, a saber: Guerra espiritual, maldiciones generacionales, La “unción” y prosperidad económica por palabra profética, y  la conquista del mundo que ahora deberá ser de los reyes y sacerdotes de Dios.  Es decir,  la instauración del Reino de Dios a través de los nuevos apóstoles y profetas.  Los otros, son los que escuchan sin miramientos, sin aplicar siquiera sentido común a los discursos  que se caen por su propio peso. Esos apóstoles tiene ese poder y esa riqueza porque tienen personas que los han empoderado y enriquecido. La ignorancia  de las Escrituras (Mateo 22.29) es la única razón, por la que estos líderes cuasi divinos se mantienen dónde están. Repito, por la ignorancia de ellos y sus oyentes. La gente no quiere aprender de Dios,  No aman la Palabra ( Jeremías 6.10) No obstante,  los que quieran,  recomiendo un curso completo  de teología en este seminario. Profesores son muy estudiosos (menos el de pastoral) y  en los recesos sirven hasta papa chorreada.

2.     Veo división y aislamiento en la academia y la iglesia sana. Encuentros como estos son muy  poco frecuentes y con participación escasa. No tenemos capacidad de convocatoria. Cada quien hace lo que puede. Somos muchos más lo que anhelamos una sana exégesis y una iglesia verdaderamente evangélica. Pero no parece porque estamos dispersos y casi mimetizados. La fuerza de ellos y  su crecimiento exponencial tiene más o menos arrinconados a los otros sectores de la iglesia.  Y aclaro. No se trata de pelear, ni de debatir, menos de insultar. Se trata de enseñar,  de usar en unidad los mismos medios masivos  para mostrar la alegría y la riqueza de la Escritura que es edificante, liberadora, purificadora y aunque no lo crean GRATUITA. Muchas denominaciones y confederaciones  se han pronunciado en contra de estos movimientos. Pero insisto que aisladamente. 

3.     Veo la raíz de todos los males creciendo. El amor al dinero es el  vehículo por el cual se ilusionan y alucinan a las muchedumbres.  ¿Quién no quiere mejorar su presupuesto, aumentar sus ingresos, salir de deudas? No es una estrategia nueva. Esos líderes solo repiten los modelos de todos los multiniveles.  La mayoría de los humanos aman lo humano, quieren disfrutar de la vida material hasta la saciedad. Es por ese discurso,  que los auditorios están llenos.  Todos quieren saber qué se debe hacer para lograr el éxito financiero y espiritual del apóstol y profeta. Una particular tentación para todos. El agravante es que muy pocas personas  tienen conciencia  de que entre más tiene,  más quiere y entonces la obsesión y la avaricia hacen su aparición. Ofrece a tu iglesia  dos seminarios distintos en dos salones distintos y a la misma hora.  Los temas son: 1. ¿Cómo alcanzar el éxito financiero en tres pasos?  Y el numero 2 ¿Cómo crecer en la fe y el Amor de Dios? Adivina cuál salón se llena y cuál curso hay que cancelar por inscripciones  menores  a las expectativas. Tal vez exagere pero entristece lo que convoca tanto a las gentes  (Juan 6.25-26)

4.     Veo las emociones gobernando y la sensatez estorbando. Esos profetas y apóstoles saben bien lo que le gusta a la gente y justo eso les dan. Las emociones que se disfrazan de bendiciones y presencia real de Dios, son los momentos que capitalizan estos vendedores de ilusiones para hacer que las personas pasen un buen rato. Nada distinto a un partido de fútbol o un concierto. La idea es que se levanten todas las pasiones controladas y luego agradecer a través de una buena ofrenda. Es tan sencillo como eso. Cualquiera con dos dedos de frente se daría cuenta que el negocio no consiste en nada más. Pero  como para estos asuntos la sensatez estorba,  entonces el pueblo en general se porta como si no tuviera frente y a disfrutar de lo que alegra pero no llena, emociona pero no acciona,  se siente pero no  es suficiente. Hay un letrero invisible para el auditorio: “prohibido  pensar. La sensatez estorba”.

5.     Veo una tremenda necesidad de Dios. Y de eso también se aprovechan todos. El común de los humanos desearía saber de Dios, tener algún tipo de experiencia espiritual, vivir alguna señal extraordinaria y ojalá sobrenatural. Por eso las grandes manifestaciones de poder, de unción, las profecías e imposiciones. La música, el movimiento,  las escenografías y desde luego el show central, que es  nada más y nada menos que el apóstol y profeta.  Pero en general la gente realmente quiere un encuentro con Dios. La confusión es tan evidente que  por días meses y algunos,  hasta años confundirán a Dios con el líder. Para cuando despierte, habrá perdido mucho y ganado muy poco. Lo triste es que muchos, con el desencanto, terminan disgustados con Dios, como  si El tuviere algo que ver con ese enamoramiento enfermizo. 

CONCLUSIONES.

1.     Leamos y estudiemos la Biblia de la Mano del Maestro de estos tiempos. El Espíritu Santo.  Él nos dirá cada verdad con profundidad y de manera generosa y gratuita.

2.     Hagamos silencio reverente y estemos al tanto. El ruido puede estorbar o dificultar la recepción de un mensaje verdaderamente valioso para nuestra alma.

3.     Oremos por los cientos y miles de buenas y  bien intencionadas personas que acompañan y respaldan  a estos “iluminados”, pero  que desde lo profundo de su corazón solo quieren acercare Dios, confiar en Él y seguirle.

4.     Trabajemos por compartir del Amor de Dios y su Palabra desde el lugar en donde Dios nos puso. No importa la cifra.

5.     Pidamos conciencia a Dios para conocer los espíritus y  por favor Señor ayúdanos a sacar a los malos y lo malo, fuera de nuestra vida.

6.     Reafirmemos nuestra vocación de servicio, orientando nuestros esfuerzos a los más necesitados.

7.     Digamos como el publicano. Ten compasión de mi Señor porque soy pecador (Lucas 18.10). Necesito de tu misericordia. Rechacemos la idea de creernos mejores que nadie o simplemente nos escucharemos como un fariseo más.




  

  
                                                               



[1] De los movimientos proféticos y apostólicos en la iglesia actual.

                                                               





  

  

                                                                

martes, 4 de noviembre de 2014

Profetas y apóstoles en el transcurso de la historia de la Iglesia Cristiana

Mag: Mario Cely Q.



Introducción

Doctrina neo-testamentaria que debe ser enseñada y obedecida

La Escritura misma nos muestra que la doctrina es importante y debe ser obedecida. Hay varias referencias a una doctrina confiable:
Sana doctrina (Tit. 2:1)
Sanas palabras y doctrina que es conforme a la piedad (1 Tim. 6:3)
Palabras de fe y Buena doctrina (1 Tim. 4:6)
La doctrina de Cristo (2 Jn. 9)
La doctrina de Dios (Tito 2:10)
La doctrine of the Lord (Hch. 13:12)
La doctrina apostólica (Hch. 2:42)
El evangelio (Rom. 1:16)
La verdad (Jn. 17:17)
La fe (2 Cor. 13:5)
La Palabra (2 Tim. 4:2)

Jesús nos advirtió en contra de la falsa doctrina (Mat. 7:15; 15:8,9; 16:6-12; 23:15; 24:4,5, 24; Mc. 13:21-22 y Luc. 11:52.)

El apóstol Pablo también advirtió acerca de la falsa doctrina o enseñanza (Hch. 20:28-30, Rom. 16:17-18).

Con base en lo precedente, veamos una síntesis de historia y un intercambio de falsos movimientos apostólicos y proféticos en la historia cristiana:

I. LOS FALSOS APÓSTOLES DEL JUDAÍSMO LEGALISTA DEL SIGLO I

1. Hch. 15:1. “Si no se circuncidan conforme al rito de Moisés, no pueden ser salvos”.  Era una falsa doctrina que plagó a la iglesia primitiva. Pablo los llamó maestros judaizantes, se hacían pasar por apóstoles (2 Cor. 11:13).
2. Himeneo y Fileto

2 Tim. 2:17,18, falsos profetas que fueron reprendidos por el apóstol Pablo por enseñar una espiritualización de la resurrección de los creyentes. En el libro apócrifo “Los Hechos de Pablo y Tecla”, se menciona una enseñanza gnóstica según la cual una resurrección espiritualizada pasaba a los hijos y resucitábamos de nuevo cuando llegamos al conocimiento del Dios verdadero (New Bible Dictionary), 501.

3. Diótrefes

Un falso apóstol a quien el apóstol Juan confrontó y desenmascaró (3 Juan 9,10).

II. FALSOS MAESTROS GNÓSTICOS COMO APÓSTOLES Y PROFETAS, SIGLOS I Y II

1. Simón el mago, falso profeta, Hch. 8:9-11, 18-24. Considerado entre los samaritanos como un “Cristo” o emanación de Dios. Ireneo de Lyon lo consideró como uno de los maestros gnósticos más heréticos (New Bible Dictionary, Tyndale, 1991), p. 1116. “Antiguos heresiólogos afirmaban que Simón Mago, pretendía ser Dios mismo y Elena su acompañante era el Espíritu Santo” (Justo González, Historia de las Doctrinas, Tomo I), p. 129.

2. Menandro, falso profeta gnóstico, discípulo de Simón el Mago, pretendía ser el Salvador enviado de los eones como iluminador (Ibid., p. 129).

3. Cerinto. Falso apóstol y profeta gnóstico. Fue el primero de los gnósticos en intentar una reinterpretación del Evangelio. Vivió a fines del siglo I en Éfeso. Distinguía entre Jesús y Cristo. Jesús era el hombre, pero Cristo era un poder cósmico que vino sobre Jesús en el bautismo. Le dejó al momento de morir. Fue combatido por el apóstol Juan en su primera carta (cf. 1 Jn. 2:22; 4:2,3), (Ibid., p. 129).

4. Saturnino. Fue un falso apóstol y profeta gnóstico discípulo de Menandro. Enseñaba que el mundo fue hecho por siete ángeles, uno de los cuales era Yahweh, el Dios del AT. (Ibid.).

5. Carpócrates. Ubicado en Alejandría, año 130 d. C. Jesús, hijo de José y María, fue un hombre perfecto que nos enseñó a recordar las existencias anteriores (reencarnaciones), (Ibid., p. 130).

6. Basílides. Entre los años 120 y 140 floreció este falso profeta y apóstol gnóstico que decía ser discípulo del apóstol Matías. Enseñaba que el principio de todas las realidades celestes es el Padre, de quien emanan diversos órdenes de seres hasta llegar a trescientos sesenta y cinco. El último está compuesto por los ángeles que crearon este mundo, siendo uno de ellos Jehová.

7. Valentín. Falso apóstol. Se ubica en Roma en el siglo II d. C. Fue expulsado de la iglesia como falso profeta alrededor del año 155. Desde Siria hasta Roma llenó a estos territorios de las enseñanzas gnósticas que combatió con fuerza la iglesia de los primeros siglos.

8. Marción. Natural de la ciudad de Sínope en el Ponto, hijo de un obispo cristiano, visitó a Policarpo discípulo del apóstol Juan en Esmirna. Al pedir reconocimiento de Policarpo, éste le respondió: “Te reconozco primogénito de Satanás”. En el año 144 fue expulsado de la iglesia de esa ciudad como un falso apóstol. (Justo González, ibid.), p. 134.

9. Montano. A mediados del siglo II surgió en Frigia el movimiento montanista. Era un sacerdote pagano convertido al cristianismo y bautizado en el año 155. Se declaró profeta, y comenzó a predicar que estaba poseído del Espíritu Santo, cuyas predicaciones y predicciones provenían de Dios. Se le unieron dos discípulas, Prisca y Maximilia, que también profetizaban como él. Sostenían que con ellos comenzaba una nueva dispensación del Espíritu de Dios para la iglesia cristiana y para el mundo.

Las herejías gnósticas continuaron siendo combatidas por los padres de los siglos II al V, periodo que termina con Agustín de Hipona.

III- HEREJÍAS CRISTOLÓGICAS DE FALSOS MAESTROS Y APÓSTOLES, SIGLOS, II al VI 


IV. MAHOMA COMO UN FALSO PROFETA (SIGLO VI D. C.)

El Islam se formó en el primer decenio del siglo VII en Arabia y su fundador fue Mahoma, el profeta, quien comenzó sus actividades como tal en La Meca, en el centro de la península. La palabra "Corán" significa lectura, recitación. Según la creencia, el Arcángel Gabriel reveló las palabras de Dios a Mahoma, por lo tanto el Corán es palabra de Dios. El concepto de los judíos con respecto a la Tora es algo diferente, porque según la tradición judía la Tora es parcialmente revelada y parcialmente inspirada. Según la creencia de los mahometanos, existe una versión del Corán en el cielo, escrita en una tabla grande.

La tradición popular cuenta cómo recibió Mahoma la Revelación (Corán). Según esta versión, una noche Mahoma voló en su caballo, llamado Borak, desde La Meca a Jerusalén, de donde por una escalera de siete gradas subió al cielo, visitó los siete cielos y en el séptimo llegó al trono de Alá. Alá ordenó en esta ocasión que los fieles oraran cinco veces al día. Según una tradición, Alá pedía que rezaran 50 veces, pero Mahoma, con la ayuda de Moisés, pudo negociar esa cifra y quedarse con las 5 oraciones. Según las creencias, Mahoma recibió todo el Corán en esta ocasión.

Aunque el Islam acepta la Biblia como revelación divina, el Corán está por encima de la Biblia. Lo interesante es observar de dónde proviene el Corán. Según cuenta Mahoma, se encontraba él meditando en una cueva en las afueras de Mecca, en el año 610, y, según dice, se le presentó el “ángel Gabriel” con un mensaje para toda la humanidad, el cual le fue revelando a lo largo de 20 años. Dicho ángel, identificado más tarde como el “Arcángel Gabriel” le ordenó que recitara en el nombre de Alá. Mahoma no respondió, de modo que el ángel lo asió enérgicamente y le apretó tanto, que Mahoma no podría soportarlo. Entonces el ángel repitió el mandato sin que Mahoma respondiera tampoco esta vez. El ángel entonces le apretó la garganta de nuevo. Esto ocurrió tres veces antes de que Mahoma empezara a recitar los versos que se conocen como los más antiguos del Corán. Lo curioso es que le revela que Cristo no es Dios, que María -a quien el Ángel Gabriel había anunciado 610 años antes que sería la “Madre de Dios” y de hecho lo es- es sólo madre de “un profeta”.

Un dios surge en el Islam como Alá
El lector no tiene que usar demasiado su inteligencia para darse cuenta de lo que parece evidente que sucedió aquí. Los islámicos contienden que Alá y el Dios de la Biblia son el mismo. Sin embargo, existe evidencia abundante que indica que Alá era el dios luna, casado con el dios sol, y quien tenía tres hijas diosas. Alá, por lo menos antes de las visiones de Mahoma, era un dios entre muchos del mundo árabe. Aparentemente Mahoma no inventó una nueva deidad, sino que adoptó una de los cientos de deidades arábicas, la que adoraba su familia, y removió a todas las otras deidades del escenario declarando que "Alá es el único Dios"…y ¿quién era su profeta? Pues Mahoma.

V. LA CORRIENTE DE APÓSTOLES Y PROFETAS Y PROFECÍAS FALSAS EN TIEMPOS MODERNOS Y CONTEMPORÁNEOS

1. José Smith. Funda el mormonismo hacia el año 1825. Originalmente estuvo en iglesias presbiterianas y bautistas de los EE.UU.

2. William Miller (1782-1849), originalmente dio origen a los adventistas (Helen G. White) y los Testigos de Jehová, Charles Russell (1852-1916). Comenzó en la Iglesia Congregacional de EE.UU. de donde fue expulsado por imputar la doctrina tradicional.

3. En 1970's: Moisés David o papa Mo, (antes David Berg) fundó de la secta Los Niños de Dios”, luego se llamó “la familia del amor”, por última “la familia internacional. Fue pastor en la Misión Alianza Cristiana y Misionera en EE.UU. de donde fue expulsado por sus enseñanzas. En 1970 predijo que un cometa golpearía la tierra y destruiría la vida en los EE.UU. También, su supuesta profecía de que Cristo regresaría a la tierra en 1993 no se cumplió.

4. En 1992, David Koresh, declarado profeta de Dios y fundador de Grupo la Rama Davidiana en Waco Texas, cambió el nombre de su comuna llamada Mt. Carmelo a Rancho Apocalipsis, debido a que creyó que la Batalla de Armagedón mencionada en la Biblia comenzaría en la compuesta Rama Davidiana. Predijo el fin el mundo para el año 1995. En efecto, luego de 51 días de enfrentamiento con el gobierno del Estado y la policía, en abril 10 de 1993, como resultado hubo 76 miembros muertos cuando deliberadamente prendió fueo al templo o base de la secta.

5. En el 2001 el pastor Jack Van Impe que dirige una de las Iglesias carismáticas más grandes de EE.UU., tanto en su programa de TV como en su libro "On the Edge of Eternity" predijo que para el 2001 vendría un caos global como nunca antes lo había experimentado la humanidad. Dijo igual que el Islam superaría el cristianismo y que en Israel comenzaría a sacrificarse de nuevo animales como sacrificio en un nuevo Templo en Israel. 

VI. LOS FALSOS PROFETAS Y MAESTROS DEL “PENSAMIENTO POSITIVO” (MOVIMIENTO DE LA FE) Y SUS ERRÓNEAS ENSEÑANZAS 

Se trata de un movimiento que ha cristianizado filosofías y formas de pensamiento que encontramos tanto en las religiones orientales como en doctrinas esotéricas de Occidente. No debe constituir un secreto que existe una notable cristianización del paganismo en el seno de la cristiandad evangélica. Súmese a lo anterior los planteamientos humanistas de la llamada “psicología profunda” o “transpersonal”, herramientas que también se están aplicando en la psicología y orientación pastoral de muchas iglesias evangélicas de Norte y Sur américa. Existen notables esfuerzos por parte de diferentes “maestros” cuyo propósito es hacer figurar como cristianas dichas enseñanzas. Hay una meta definida: se quiere llevar a los creyentes a la búsqueda de un “nuevo poder” con el fin de que los cristianos conviertan en realidad sus sueños, deseos, pensamientos, visualizaciones, etc. Al final del siglo XX esta es la nueva propuesta para que el pueblo de Dios logre el éxito y la felicidad. Se tiene una altísima concepción de la forma como los cristianos podrían ingresar, si quisieran, a la Cuarta Dimensión (D. Y. Cho), esfera donde se producen los milagros, y los pensamientos se vuelven realidad. 

1. Principales Exponentes, casi todos han recibido la categoría de apóstoles o profetas: Robert Schuller (Pensamiento Posibilista), Clemente Stone (Actitud Mental Positiva), Norman Vincent Peale (El Pensamiento Positivo); Oral Roberts (La semilla de la Fe), Kenneth Hagin y Kenneth Copeland (Palabra de Fe), Paul (David) Cho (Evangelio de la Prosperidad, Visualización y La Cuarta Dimensión), Charles Capps (La Confesión Positiva). Hay más, pero por ahora bástenos citar a estos.

2. Algunos errores que enseñan los maestros del “pensamiento positivo cristiano” y el “Movimiento de la Fe

Estas enseñanzas que a continuación cito han moldeado la vida de millones de creyentes en el mundo entero. Júzguelas el amable lector.

Oral Roberts cree que lo que llama “la semilla de la fe” es algo que Cristo mismo le “reveló”, “es la forma como los seguidores de Jesús podrán tener respuesta a todas sus necesidades” (J. Ankenberg y J. Weldon, La Enseñanza Falsa en la Iglesia, Unilit, p. 31). Por su lado H. Hannegraaff reseña: “El 4 de enero de 1987, Roberts lanzó lo que hasta ahora ha sido su más notoria campaña. Roberts dijo a sus seguidores que si él no obtenía un total de 8 millones de dólares antes del mes de marzo, Dios iba a tomar su vida” (ibid., p. 210). Con esto buscaba que el pueblo norteamericano le diera su dinero. El prometió que Dios le devolvería centuplicado.

Kenneth Copeland declara lo que supuestamente Cristo mismo le dijo: “Cuánto te parezcas más a mí más hablarán de ti. Me crucificaron por decir que yo era Dios. Pero yo no reclamaba ser Dios; yo simplemente afirmaba que yo caminaba con El y que Él estaba en mí! ¡Aleluya! (Hank Hannegraaff, Cristianismo en Crisis, Unilit, p. 144). En otro lugar K. Copeland añade que Jesús se convirtió en un símbolo de Satanás cuando estaba colgado sobre la cruz: “El justo de Dios fue hecho para ser pecado. El aceptó la naturaleza de Satanás en su propio Espíritu...” (ibid, p. 166).

Norman Vincent Peale, reconocido orador programático que pasa por evangélico y cristiano, hace causa común con la ocultista Helen Keller; para ella escribió el prólogo de su libro Mi Religión. En esta obra Helen se declara seguidora de Emanuel Swedenborg, ocultista del siglo XVIII. Peale es uno de los campeones del Pensamiento Positivo. Sostiene que si uno bombardea los pensamientos de otras personas con los nuestros, podemos dar una orden a la gente para que firmen cheques por cinco mil dólares. (Cf. su obra Imaginación Cristiana).

Robert Schuller sentencia que nacer de nuevo, por ejemplo, es “ser cambiados de una autoimagen negativa a una positiva”. “El pecado es cualquier acto o pensamiento que me quite a mí o a cualquier otro ser humano mi autoestima”. Pero las Escrituras enseñan otra cosa (ver Génesis 2:16,17; Salmo 51:4; 1ª de Juan 3:4).

Paul (David) Yongi Cho enseña la visualización a partir del ingreso del espíritu en la cuarta dimensión. En su conocido libro la Cuarta Dimensión dice: “Dios me enseñó que, ya que nosotros los cristianos, podemos llenar nuestro espíritu con la cuarta dimensión de nuestro Padre –el Creador del universo–, podemos tener más dominio sobre las circunstancias” (Edit. Vida, Miami, 1981, p. 35).

Kenneth Hagin  cuenta en sus libros las veces que ha estado en el cielo y en el infierno. ¡Qué tremendo!  Es considerado por algunos teólogos conservadores como el padre del Movimiento de la Fe. “El hombre fue creado  –declara– en términos de igualdad con Dios, y puede estar ante la presencia de Dios sin tener ninguna conciencia de inferioridad... El que cree es llamado Cristo... Eso es lo que somos... nosotros somos Cristo” (ibid., Cristianismo en Crisis, p. 113).

John Avanzini afirma que el Espíritu de Dios “ha declarado que el propósito eterno de Dios ha sido a través de las edades... el de duplicarse a sí mismo en la tierra” (ibid., p. 113).

Morris Cerullo escribió: “¿Sabía usted que desde el principio el propósito de Dios fue el de reproducirse a Sí mismo? ¿Quién eres tú?, ¿vamos a ver, quién eres tú? Vamos, dilo: ¡Hijos de Dios! ¡Repítelo!... usted no está mirando a Morris Cerullo; usted está mirando a Dios. Usted está mirando a Jesús”.

Morton Kelsey, ministro episcopal seguidor de Karl Gustav Jung (psicólogo ocultista) afirma que Jesucristo fue un gran psíquico y uno de los más grandes chamanes (brujo). “Los cristianos deberían ser como Jesús siguiendo sus pisadas” –declara–.

Jerry Savelle dijo: “Si agradamos a Dios seremos ricos” (Cristianismo en Crisis, p. 381).

E. W. Kenyon es el verdadero padre del Movimiento de la Fe; fue el cristianizador de las enseñanzas esotéricas del llamado Cristianismo Esotérico Occidental empleando las técnicas mentales de la Ciencia Cristiana de Mary Baker Eddy y la Ciencia Mental de Ernest Holmes.  Enseñó que el poder podemos liberarlo por medio de las palabras que decimos. “Confiesa que estás perfectamente sano –dice– no importa que la enfermedad esté invadiendo tu cuerpo”.

Napoleón Hill. Fue un espiritista cuyas enseñanzas las extrajo del mundo de los espíritus. Su libro Piense y Hágase Rico (Edit. Bruguera, España) es un clásico para el amplio mundo del esoterismo. No se puede negar que muchos de los predicadores de la iglesia electrónica de los EE.UU que estamos comentando, de forma indirecta  pero efectiva, han recibido su influencia.

Robert Tilton enseña: “El Creador vive en usted y desea crear a través suyo... Usted tiene en su boca la palabra de Dios que creó el universo. ¡Pronúnciela!... Dios creó el universo por medio de la fe. Él le ha otorgado las posibilidades de su fe para que usted pueda crear su propio mundo” (J. Ankenberg y J. Weldon, El Movimiento de la Fe, Edit. Unilit, Miami, p. 38).

Charles Capps enseña un sistema de confesión positiva que guarda perfecta armonía con los sistemas paganos e idolátricos de las antiguas religiones etnicas. Capps afirma que si alguien dice: “Estoy que me muero de la risa”, o “me muero por hacer eso”, lo que está buscando esa persona es “hacerse acompañar de la muerte; las palabras que decimos pueden convertirse en realidad”. En su libro Dinámica de fe y Confesión sostiene que la salvación es una técnica ritual (pp. 83-87). Enseña que el nacimiento virginal de Cristo fue producto de la confesión positiva de María. Ella concibió por medio de la “confesión positiva”.

Benny Hinn sostiene que el Espíritu Santo le habla en forma verbal todos los días. Afirma que toda su teología es una “revelación del Espíritu Santo. Pero pensemos si el Espíritu de Dios revelaría lo siguiente: “El Espíritu Santo tiene un cuerpo y posee mayor simpatía que los otros miembros de la Deidad”, y “Cristo hubiera pecado si no hubiera sido por el Espíritu Santo” (Buenos días Espíritu Santo, pp. 84, 135,136).


En el mismo libro sostiene  que cada persona de la Trinidad posee su propio espíritu, su propia alma y su propio cuerpo espiritual. Visto de otro modo, cada persona de la Trinidad es por sí misma un ser trino, de tal manera que colectivamente “hay un total de nueve”. Jesucristo murió espiritualmente, también se convirtió en la naturaleza de Satanás y nació de nuevo en el infierno”. ¿Podemos esperar que estas ideas sean revelaciones del Espíritu Santo? Con seguridad que el Espíritu de Dios jamás dirá cosas como estas. (Si el lector desea más información lea los libros disponibles en español publicados ya desde hace algunos años en nuestro país). 

martes, 7 de octubre de 2014

EL CONCEPTO DE APÓSTOL EN EL NUEVO TESTAMENTO

Por: Mag. Israel Osorio


CONSIDERACIONES ETIMOLÓGICAS Y LINGÜÍSTICAS DEL CONCEPTO “APÓSTOL” EN EL NUEVO TESTAMENTO


El vocablo apóstol se encuentra alrededor de 80 veces en el N.T., donde toma una connotación eminentemente cristiana tanto que la palabra llega a ser una transliteración y no una traducción del griego ἀπόστολος (apóstolos). Este sustantivo proviene del verbo ἀποστέλλω (apostéllo) que significa enviar[1]. Verbo que ocurre más de 130 veces en el N.T. siendo muy abundante especialmente en los evangelios y en el libro de Hechos de los apóstoles.

Fuera del N.T., en la literatura extra bíblica, el verbo ἀποστέλλω tiene una connotación más amplia llegando a significar o a describir al almirante de una flota marítima y en muchas ocasiones se refiere a la flota misma[2]. En el comienzo mismo y en el griego antiguo el concepto del término ἀπόστολος (apóstolos) difería un poco del que más tarde tomó en el N.T., donde el término se usa para designar a un delegado comisionado y plenamente autorizado[3].

En lo que tiene que ver con el griego del A.T., en los LXX  aunque el verbo ἀποστέλλω es muy abundante, el sustantivo ἀπόστολος se encuentra una sola vez (véase LXX, 3 Re 14:6) para designar a un profeta comisionado.[4] En este sentido en el N.T. Jesús es llamado ἀπόστολος (He 3:1) pues fue el enviado del Padre para traer la revelación definitiva de una vez y para siempre. 

DIVERSOS USOS DEL TÉRMINO “APÓSTOL” EN EL N.T.

En el N.T., el término “apóstol” es usado en varios sentidos. En primer lugar, el vocablo es usado para designar a los doce discípulos elegidos por Jesús para acompañarlo y ayudarlo en su misión durante todo el tiempo que el Señor vivió en la tierra y especialmente para ser testigos de su resurrección (Hch 1:21-22) este grupo es denominado por Mateo y Lucas en cuatro ocasiones como “sus doce discípulos” (Mt 10:1; 11:1; 20:17; Lc 9:1) o “los doce apóstoles” (Mt 10:2; Lc 6:13; Ap 21:14) estos conforman un grupo muy especial designado más comúnmente por el N.T. como “los doce”, en 26 ocasiones.

En segundo lugar, el N.T. tiene también una manera no oficial sino más bien funcional[5] de usar el término “apóstol”, en este grupo bien pueden estar incluidos miembros del grupo de los doce junto con los que no pertenecen al grupo oficial de los doce (Hch 14:4, 14; 1 Co 4:9; 15:7, 9; Ga 1:18; 1 Ts 2:6).

En tercer lugar el vocablo también toma en el N.T. un sentido más amplio en donde es usado para designar a emisarios comisionados como mensajeros de algunas iglesias (2 Co 8:23; Flp 2:25)[6]. En este sentido la palabra “apóstol” debe ser interpretada teniendo en cuenta la perspectiva cronológica, pues desde este punto de vista, el sentido que el vocablo tiene en el año 29 ó 30 d.C. en el contexto de Jesús, difiere un poco del sentido que toma 15 ó 20 años después en el contexto de Pablo, donde designa a un grupo más amplio que el de los doce y donde sencillamente connota “mensajero”, “enviado”, lo que más tarde llegó a ser el equivalente de “misionero” y en este caso se asocia con el establecimiento de iglesias.

En cuarto lugar, otro sentido en el que es usado el vocablo “apóstol” es para designar a los “falsos apóstoles y obreros fraudulentos”  (2 Co 11:13) y a los que se autonombraban apóstoles y que pululaban por muchos lugares entre la cristiandad primitiva (Ap 2:2).

Hoy por hoy, debido a que cada cristiano se hace emisario de la gran comisión puede decirse entonces de los cristianos que son “apóstoles” en el sentido más amplio y extendido del término.

LA IMPORTANCIA RELEVANTE DE LOS DOCE APÓSTOLES EN EL N.T. Y EN LAS PRIMERAS COMUNIDADES CRISTIANAS

Los evangelios nos cuentan que de entre los discípulos que seguían a Jesús él “escogió a doce” a quienes constituyó “apóstoles” (Lc 6:13; Mc 3:13-14; Mt 10:1,2a; 11:1) estos “doce discípulos” o “doce apóstoles” forman un grupo especial entre un número mayor de discípulos. El objetivo es el de que estuvieran con él y enviarlos a predicar con plenos poderes[7].

La importancia relevante de los doce apóstoles se debe, por una parte, a que fueron los testigos oculares del Cristo resucitado y los primeros que proclamaron de manera definitiva y para todos los tiempos el evangelio de la gracia de Dios revelado en Jesucristo, en este sentido llegaron a constituirse en “columnas y fundamento” de la iglesia.  En segundo lugar, su gran importancia radica en que en lo sucesivo, y en el marco de las grandes diatribas y enfrentamientos con los movimientos de carácter espurio y herético, la pertenencia al círculo de los doce apóstoles se convirtió en criterio de ortodoxia dentro de la iglesia cristiana. Así, la iglesia de todos los tiempos debe entenderse apostólica, esto es, vinculada y afirmada en las enseñanzas de los apóstoles del Señor Jesucristo en su fase originaria y normativa[8].

En el N.T. el grupo de los “doce apóstoles” forma un grupo especial que se distingue netamente del grupo más amplio de “apóstoles” que rebasa el número de los doce y que fueron comisionados como “enviados” como “misioneros” para realizar la obra de evangelización y la de fundar iglesias.

Como testigos oculares del resucitado y como fundamento de la iglesia, los doce apóstoles son algo irrepetible, insustituible e irremplazable.  En este sentido, el colegio apostólico de los doce no puede tener sucesores y no tienen sucesión apostólica. En virtud de esto los doce apóstoles son el fundamento de la iglesia, no sólo de comunidades aisladas sino dela iglesia de todos los tiempos y de todos los lugares (Ef 2:20; Ap 21:14). Después de la muerte de los apóstoles, el apostolado como testimonio ocular de la resurrección y como elección no puede tener continuación. No se extingue, sin embargo la misión confiada a los doce apóstoles ya que esta abarca la propagación del evangelio a todas las naciones hasta el fin de los tiempos. La apostolicidad de la iglesia consiste no en una sucesión física de individuos como colegio apostólico sino en virtud del mensaje, la fe y la obediencia a las enseñanzas y ordenanzas apostólicas consignadas en el N.T. En este sentido, todo cristiano se encuentra situado en la sucesión de aquella actividad de los apóstoles que edifica a la iglesia y tiene una responsabilidad en común con el ministerio de los pastores. Desde la apostolicidad así entendida, podemos afirmar que la iglesia toda como cuerpo de Cristo edificada sobre el fundamento de los apóstoles es la sucesora de los apóstoles, pues ella se encuentra ligada permanentemente a su comienzo fundacional porque es la depositaria de la fe que fue dada de una vez para siempre (Judas 3)[9].

Esto implica que la iglesia debe estar y permanecer conformada permanentemente al testimonio de los apóstoles que está consignado en la Biblia, en forma especial en el N.T., así, la iglesia como cuerpo, y cada uno de sus miembros, deben fidelidad al testimonio apostólico que es la expresión del testimonio del Señor de la iglesia, el Señor Jesucristo, quien es el fundamento último de la iglesia.
Lo que distingue al grupo de los doce apóstoles en forma decisiva es el haber recibido el llamado directamente y personalmente de labios del Jesús terreno; el haber vivido con Jesús y haberlo acompañado durante todo su ministerio; haber escuchado sus palabras y visto sus milagros; haberlo visto en distintas ocasiones después de resucitado (Hch 1:1-3) haber asistido a su ascensión al cielo y haber recibido de sus propios labios la gran comisión y la promesa del Espíritu Santo.

Todos estos hechos es lo que hace que el grupo de los doce apóstoles sea un grupo peculiar por encima de cualquier otro grupo o individuo, aún del gran apóstol Pablo. Pablo no es testigo ocular ni auricular de la vida, las enseñanzas y los milagros de Jesús mientras este estuvo en la tierra. Por ello cuando tiene que atestiguar ciertas cosas, Pablo se remite al testimonio de los doce; cuando en su discurso en Antioquía Pablo trata el tema de la resurrección de Jesús no lo fundamenta en su experiencia de Damasco, sino que san Pablo apela, como testigos, a los que subieron con Jesús de Galilea a Jerusalén, y a los que se apareció durante muchos días (Hch 13:31) dándoles múltiples pruebas de su resurrección (Hch 1:2-4) san Pablo está referido al testimonio de los doce, él tiene que recibir necesariamente este testimonio de ellos y sólo entonces puede él también transmitirlo.

Lo que le sucedió al apóstol Pablo en el camino a Damasco no es lo mismo que lo que habían vivido los “doce” en su experiencia con Jesús en la resurrección y en los días siguientes. Así, el gran apóstol Pablo se ubica en otro plano que los doce. En el caso de la experiencia de los doce con Jesús y la del apóstol Pablo: no se pueden equiparar las experiencias y el testimonio que dan los doce y el testimonio que da san Pablo, pues en el caso del testimonio de los doce no se suprime la conexión existente entre el Jesús resucitado y el Jesús de antes de la muerte, entre el Jesús de la historia terrena y el Jesús resurrecto. Esta conexión no se da en la experiencia de san Pablo; si se equiparan las dos experiencias, la de los doce y la de Pablo, se correría el peligro de considerar la experiencia de los doce como algo que ya no está en relación con el Jesús histórico y de ver en la predicación de ellos sobre el Resucitado el comienzo mismo de la nueva creación de la existencia cristiana[10]. Así para poder aparecer como testigos de la resurrección de Jesús,  no basta que el Señor se les haya aparecido a algunos, pues apenas sería posible pensar que todos los quinientos a quienes se les aparece el Señor resucitado (1 Co 15:6) cumplieran las condiciones expresadas en Hechos 1:21-22. Sólo podía ser testigo aquel que juntamente con los doce, ha convivido con el Señor todo el tiempo que él vivió entre ellos desde el bautismo de Juan bautista hasta la ascensión a los cielos.

Aquí hay que enfatizar también el papel que desempeñan los recuerdos de los sucesos que los doce apóstoles habrían grabado indeleblemente en la memoria y por ello estos sucesos podían ahora constituir el puente que enlazaba un tiempo con otro: su experiencia con Jesús terreno y luego con el Resucitado. Esto es, desde el bautismo de Jesús en el Jordán, pasando por la pasión y muerte, hasta su resurrección.

El testimonio de los doce apóstoles abarca todos estos acontecimientos y la revelación del Espíritu Santo que los interpreta como acontecimientos redentores y salvadores. Estas son las razones, entre otras, por las cuales el apostolado de los doce es algo único e irrepetible.

Hoy por hoy, sólo en el sentido más amplio del término “apóstol”, entendido como “mensajero” comisionado y enviado por una iglesia o iglesias y que se encuentra por lo mismo sujeto a quien lo envía y bajo su supervisión y cobertura, puede decirse que hay apóstoles y han existido en la vida y en la historia de la iglesia cristiana; pero no en el sentido en que hoy suele entenderse el concepto, considerando el apostolado como la mayor y única autoridad en la iglesia y por encima de cualquier otro ministerio.  Por el contrario, debe estar en función de la iglesia y sujeto a ella y al resto del ministerio y comprometido en la plantación de nuevas iglesias. En el capítulo 14 de Hechos, los apóstoles o misioneros enviados, después de realizar su trabajo regresan a la iglesia que los envió, presentan su informe, y ésta evalúa, estimula y apoya ( Hech. 13: 1-3; 14:24-28) Este en un ejemplo del verdadero apostolado en el N.T.  





[1] En su forma infinitiva griega ἀποστέλλειν (apostéllein)
[2] Cf. Coenen Lothar – Beyreuther Erich – Bietenhard, Diccionario teológico del N.T. Tomo I (Salamanca: ediciones sígueme, 1990), 139ss.
[3] Cf. Kitell Gerhard – Friedrich Gerhard, Compendio del diccionario teológico del N.T. (Grand Rapids, Michigan: Libros Desafío, 2002), 74ss.
[4] Kitell Gerhard – Friedrich Gerhard, Compendio del diccionario teológico del N.T., 76.
[5] El apostolado puede considerarse tanto desde el punto de vista de la función como del puesto u oficio, esto último es referido al grupo especial de los doce escogidos en forma oficial por el mismo Jesús.
[6] En estos pasajes la versión RVR 60 traduce “mensajero” pero el vocablo original es ἀπόστολος (apóstol).
[7] Aunque el número doce no tiene nada que ver con el apostolado ni es lo esencial del mismo, sin embargo, dicho número no es casual sino que, así como el núcleo del antiguo pueblo de Israel lo constituyeron los doce patriarcas de Israel, así ahora los doce apóstoles forman el fundamento del nuevo Israel, el nuevo pueblo de Dios. Esto se ve con claridad en el hecho de que cuando el número de los doce apóstoles quedó incompleto por la desaparición de Judas los once tuvieron que restablecer el número con la elección de Matías (Hch 1:15-17,21-26) Jesús mismo establece algún paralelo entre los doce apóstoles y las doce tribus de Israel (Mt 19:28; Lc 22:30; véase también Ap 21:12,14) podemos notar que una vez muerto Santiago, uno de los doce, ya el grupo no siente la necesidad de remplazarlo por otro personaje como sí sucedió cuando faltó Judas. Esto les da a los “doce” un carácter particular y una función y significación fundamental que los distingue completamente de los demás miembros de la iglesia del primer siglo.
[8] La idea evangélica protestante de apostolicidad, a diferencia del catolicismo, no depende de la sucesión apostólica de sus ministros eclesiásticos sino de la permanencia de la iglesia en el mensaje y la doctrina apostólicos.
[9] Aunque la versión RVR traduce “la fe que ha sido una vez dada a los santos” el sentido del ἅπαξ sería mejor traducirlo aquí como “una vez para siempre” como He 9:26.
[10] Este es el camino que recorre R. Bultmann cuando considera el kerigma apostólico (en este caso, con la admiración y el respeto que el profesor Bultmann nos merece, tenemos que disentir de su postura y frente a ella hay que destacar la diferencia que existe entre lo que le sucede a los doce y lo que le sucede a san Pablo cuando se les aparece respectivamente el Jesús resucitado, y por consiguiente, la diferencia de su testimonio).